Duración: toda la jornada
A mojón nadie me igualó en el mundo.
Haced ya mi soneto, tragavinos.
Y me manda al Quijote, cuatrocientos años más tarde y con un bacín y un galgo
A mediados de 1643, Quevedo llega ya enfermo a La Torre de Juan Abad (Ciudad Real), de donde es señor a pesar de la oposición del pueblo, que no aceptaron la compra del señorío por su madre. La gente acude a recibirle y él se muestra, como casi siempre, irónico y agresivo.
Se enfrenta a la gente de su pueblo ante los comentarios de que llega por asuntos turbios en la corte, por problemas con su afición a las mujeres y al vino (Góngora le llamó 'Quebebo') y otros comentarios del pueblo, achacando su destierro a la hipocresía del género humano.
Y lo demuestra con un escrito y que titula 'Gracias y desgracias del ojo del culo', en el cual compara, con su ironía característica, el denigrado ojo del culo con el resto de los órganos tan valorados socialmente, como los ojos de la cara. Llega a la conclusión de que el hombre puede vivir sin los ojos de la cara, pero no sin el ojo del culo.
Y así demuestra la hipocresía del hombre y de la sociedad, en la cual basa Quevedo la causa última de su huida de la corte.
En catas organizadas
En vendimias
En documentales
Divulgación en medios
Clásicos hablando del vino
Clasicos cercanos
Escenario | Electricidad | Montaje | Personal |
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Mínimo: 4 * 3 * 2’5 m | Mínimo: 3.000 w | Montaje: 1 h. | Un técnico de sala (eléctrico) |
Preferente: 8 * 5 * 4’5 m | Preferente: 25 Kw trifásicam | Desmontaje: 1 h. |